Mucho se habla hoy en día de las leyes, de su cumplimiento, de su aplicación y de su validez. Hay leyes que ni leyéndolas de cabeza, alcanzo a comprender lo que dicen. Parece que fueran escritas para un selecto grupo de “entendedores” que ameritan un especializado grupo de “traductores” que nos facilite al resto de los mortales el poder tener noción alguna de lo que significan y, aún así, nunca alcanzaremos a comprenderlas, pues no hay que dejar de lado que parecen haber sido hechas para “interpretarlas” más que para “cumplirlas”.
Las de mi país, parecen estar confeccionadas en lycra. Si, en lycra. Se ajustan perfectamente al cuerpo de quien quiera ataviarse con ellas. Que les luzcan o no, es harina de otro costal. El hecho es que se adecuan a la silueta del figurín que las ostente.
De niña, aprendí entre cocotazos y repetición, cinco reglas simples que recuerdo cada día y me han servido para siempre. Son una especie de Constitución Personal en la que los distinguidos ciudadanos que conformaron mi Asamblea Constituyente, no fueron los tradicionales leguleyos a los que estamos acostumbrados. Estas son mis cinco leyes fundamentales y sus instauradores, sin ningún orden de importancia:
“No te salgas de la línea” (Ana, mi maestra de primer grado)
Cuando aprendí a no salirme de la línea, aprendí también que para que las cosas funcionen, deben existir y ser respetados, sobre todo, ciertos lineamientos, normas y leyes. Y que cuando me salgo de la línea e irrespeto la disciplina mínima que me exige la vida para todo, debo asumir y enfrentar las consecuencias de mis actos con la misma responsabilidad, integridad y entereza con que rompí las reglas.
Si extrapolara esta ley a la realidad del país, todos iríamos presos. Desde el Presidente de la República, hasta el mendigo de la esquina. Y es que, nos ha salido una obra completamente surrealista y abstracta, tratando de pintar a Venezuela.
Cierro mi primera ley con esta frase del autor de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”: "Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo."(Stephen Covey)
“Mira a ambos lados de la calle, antes de cruzar” (Como la que más pedía que le hiciera los mandados era mi abuela Melania, esta Ley, se atribuyo a ella)
Cuando aprendí a “mirar a ambos lados de la calle antes de cruzarla”, aprendí a resguardar mi seguridad y la de otros. Aprendí a reconocer y evaluar el peligro, a elegir si tomo un riesgo o no y a medir sus consecuencias. Aprendí que en la vida debo estar alerta. Prestar atención a lo que me rodea y tomar en cuenta SIEMPRE todas las perspectivas que puedan afectarme.
Tomando en cuenta los sucesos de los últimos 60 años (solo por mencionar lo más reciente), en mi país, obviamente nos ha atropellado el tren, innumerable cantidad de veces… No creo necesario mencionarlas ¿O si?
Pero esa Ley, además me enseñó a mirar a AMBOS lados y, a veces, incluso hacia adelante y hacia atrás… y hasta arriba y abajo. Las perspectivas son distintas, desde la acera, en medio de la calle, desde el volante… y todas… ¡DIGNAS DE SER TOMADAS EN CUENTA!
No olvidemos que… "Quien sabe resolver problemas es menos eficiente que quien sabe evitarlos"(Luis Señor González) (Este Señor, no sé quién es, o fue. Perdonen mi ignorancia y agradeceré mucho a quien pueda ilustrarme)
“Asegúrate de tener las trenzas amarradas, antes de echar a correr” (Esta, me la enseñó mi Profe de Educación Física, Mary)
Cuando aprendí a cerciorarme si tenía las trenzas amarradas antes de echar a correr, aprendí a ser previsiva. A cuidar de mí y de mi integridad. Pero además, aprendí a evaluar si estaba lista para emprender cualquier carrera y a prepararme para ello. Aprendí prever si estaba lista para emprender la lucha por alcanzar alguna meta y para ello, debía cerciorarme además, de que no dejaba atrás, cabos sueltos.
Sr. Presidente de la República, Usted trabajó muy arduamente durante años para llegar donde está, le pregunto: -No será bueno revisar si en el camino ¿se le desamarraron las trenzas?
Sres. Líderes Opositores: -Mírense sus zapatos. Demasiados tropiezos, deben atender a una razón.
Venezolan@s: -La voz de partida se escuchó hace mucho tiempo… ¿Qué estamos esperando? Es hora de hacer memoria, nos hemos caído muchas veces… nos cercioramos antes de emprender esta “carrera” si nuestras trenzas estaban amarradas? "Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado." (Alberto Moravia, periodista y escritor italiano.)
“Lávate las manos antes de comer” (Esta, es de mi madre)
Cuando aprendí a lavarme las manos antes de comer, aprendí a cuidar de mi salud y aprendí además, que todo acto relacionado con la satisfacción de mis necesidades básicas y fundamentales como ser humano, me exigen higiene, limpieza y cuidados. Dormir, comer y el sexo, me exigen pulcritud física. Respirar, pensar y expresarme, me exigen PULCRITUD DE CONCIENCIA.
"La causa real y determinante que ha hecho perder el poder a los hombres ha sido siempre el haber llegado a ser indignos de ejercerlo." (Alexis de Tocqueville, político francés)
En este sentido, es más que obvia la falta de prolijidad de las conciencias de quienes elegimos para liderar y conducir nuestro destino como país, además de aquellos en quienes hemos confiado para enderezar los entuertos. Así que, sin unos y sin los otros, no nos queda más que construir nuestro futuro nosotros mismos, eso si, A CONCIENCIA.
“Siempre di: Por Favor y Gracias” (Papá)
Cuando aprendí a decir “por favor y gracias”, aprendí también que los demás merecen RESPETO. Que nadie está para servirme aunque se ofrezcan para hacerlo. Que las personas merecen ser tratadas con CONSIDERACIÓN, con cortesía y que no hay nada más poderoso en este mundo que una sonrisa. Un gesto amable, el don de gente, la gracia en el trato ¡logran milagros! Y aprendí que ni la familiaridad escapa de esto. Que mientras más CONFIANZA más RESPETO y que nos acostumbramos a tratarnos a las “patadas”. Aprendí que el ABUSO es tan sencillo de cometer como improvisar un suspiro.
Y desde esta convicción, coincido con este señor: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo." (Voltaire.)
Cinco pequeñas reglas que aprendí de niña y que trato de enseñarles a mis hijos. Cinco pequeñas reglas que estoy segura que TODOS hemos aprendido y transmitimos a nuestros pequeños. Cinco pequeñas reglas que no se me olvidan y menos hoy en día. Porque ellas, me han ayudado a recobrar la serenidad y la conciencia. El sosiego de mi alma y la verticalidad de mis ideas. Sobre todo en medio de toda esta diatriba en la que está sumido mi país.
Cinco pequeñas reglas que quiero compartir con ustedes. Tal vez ¡sirvan de algo!
Besos que ladran!
Las de mi país, parecen estar confeccionadas en lycra. Si, en lycra. Se ajustan perfectamente al cuerpo de quien quiera ataviarse con ellas. Que les luzcan o no, es harina de otro costal. El hecho es que se adecuan a la silueta del figurín que las ostente.
De niña, aprendí entre cocotazos y repetición, cinco reglas simples que recuerdo cada día y me han servido para siempre. Son una especie de Constitución Personal en la que los distinguidos ciudadanos que conformaron mi Asamblea Constituyente, no fueron los tradicionales leguleyos a los que estamos acostumbrados. Estas son mis cinco leyes fundamentales y sus instauradores, sin ningún orden de importancia:
“No te salgas de la línea” (Ana, mi maestra de primer grado)
Cuando aprendí a no salirme de la línea, aprendí también que para que las cosas funcionen, deben existir y ser respetados, sobre todo, ciertos lineamientos, normas y leyes. Y que cuando me salgo de la línea e irrespeto la disciplina mínima que me exige la vida para todo, debo asumir y enfrentar las consecuencias de mis actos con la misma responsabilidad, integridad y entereza con que rompí las reglas.
Si extrapolara esta ley a la realidad del país, todos iríamos presos. Desde el Presidente de la República, hasta el mendigo de la esquina. Y es que, nos ha salido una obra completamente surrealista y abstracta, tratando de pintar a Venezuela.
Cierro mi primera ley con esta frase del autor de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”: "Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo."(Stephen Covey)
“Mira a ambos lados de la calle, antes de cruzar” (Como la que más pedía que le hiciera los mandados era mi abuela Melania, esta Ley, se atribuyo a ella)
Cuando aprendí a “mirar a ambos lados de la calle antes de cruzarla”, aprendí a resguardar mi seguridad y la de otros. Aprendí a reconocer y evaluar el peligro, a elegir si tomo un riesgo o no y a medir sus consecuencias. Aprendí que en la vida debo estar alerta. Prestar atención a lo que me rodea y tomar en cuenta SIEMPRE todas las perspectivas que puedan afectarme.
Tomando en cuenta los sucesos de los últimos 60 años (solo por mencionar lo más reciente), en mi país, obviamente nos ha atropellado el tren, innumerable cantidad de veces… No creo necesario mencionarlas ¿O si?
Pero esa Ley, además me enseñó a mirar a AMBOS lados y, a veces, incluso hacia adelante y hacia atrás… y hasta arriba y abajo. Las perspectivas son distintas, desde la acera, en medio de la calle, desde el volante… y todas… ¡DIGNAS DE SER TOMADAS EN CUENTA!
No olvidemos que… "Quien sabe resolver problemas es menos eficiente que quien sabe evitarlos"(Luis Señor González) (Este Señor, no sé quién es, o fue. Perdonen mi ignorancia y agradeceré mucho a quien pueda ilustrarme)
“Asegúrate de tener las trenzas amarradas, antes de echar a correr” (Esta, me la enseñó mi Profe de Educación Física, Mary)
Cuando aprendí a cerciorarme si tenía las trenzas amarradas antes de echar a correr, aprendí a ser previsiva. A cuidar de mí y de mi integridad. Pero además, aprendí a evaluar si estaba lista para emprender cualquier carrera y a prepararme para ello. Aprendí prever si estaba lista para emprender la lucha por alcanzar alguna meta y para ello, debía cerciorarme además, de que no dejaba atrás, cabos sueltos.
Sr. Presidente de la República, Usted trabajó muy arduamente durante años para llegar donde está, le pregunto: -No será bueno revisar si en el camino ¿se le desamarraron las trenzas?
Sres. Líderes Opositores: -Mírense sus zapatos. Demasiados tropiezos, deben atender a una razón.
Venezolan@s: -La voz de partida se escuchó hace mucho tiempo… ¿Qué estamos esperando? Es hora de hacer memoria, nos hemos caído muchas veces… nos cercioramos antes de emprender esta “carrera” si nuestras trenzas estaban amarradas? "Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado." (Alberto Moravia, periodista y escritor italiano.)
“Lávate las manos antes de comer” (Esta, es de mi madre)
Cuando aprendí a lavarme las manos antes de comer, aprendí a cuidar de mi salud y aprendí además, que todo acto relacionado con la satisfacción de mis necesidades básicas y fundamentales como ser humano, me exigen higiene, limpieza y cuidados. Dormir, comer y el sexo, me exigen pulcritud física. Respirar, pensar y expresarme, me exigen PULCRITUD DE CONCIENCIA.
"La causa real y determinante que ha hecho perder el poder a los hombres ha sido siempre el haber llegado a ser indignos de ejercerlo." (Alexis de Tocqueville, político francés)
En este sentido, es más que obvia la falta de prolijidad de las conciencias de quienes elegimos para liderar y conducir nuestro destino como país, además de aquellos en quienes hemos confiado para enderezar los entuertos. Así que, sin unos y sin los otros, no nos queda más que construir nuestro futuro nosotros mismos, eso si, A CONCIENCIA.
“Siempre di: Por Favor y Gracias” (Papá)
Cuando aprendí a decir “por favor y gracias”, aprendí también que los demás merecen RESPETO. Que nadie está para servirme aunque se ofrezcan para hacerlo. Que las personas merecen ser tratadas con CONSIDERACIÓN, con cortesía y que no hay nada más poderoso en este mundo que una sonrisa. Un gesto amable, el don de gente, la gracia en el trato ¡logran milagros! Y aprendí que ni la familiaridad escapa de esto. Que mientras más CONFIANZA más RESPETO y que nos acostumbramos a tratarnos a las “patadas”. Aprendí que el ABUSO es tan sencillo de cometer como improvisar un suspiro.
Y desde esta convicción, coincido con este señor: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo." (Voltaire.)
Cinco pequeñas reglas que aprendí de niña y que trato de enseñarles a mis hijos. Cinco pequeñas reglas que estoy segura que TODOS hemos aprendido y transmitimos a nuestros pequeños. Cinco pequeñas reglas que no se me olvidan y menos hoy en día. Porque ellas, me han ayudado a recobrar la serenidad y la conciencia. El sosiego de mi alma y la verticalidad de mis ideas. Sobre todo en medio de toda esta diatriba en la que está sumido mi país.
Cinco pequeñas reglas que quiero compartir con ustedes. Tal vez ¡sirvan de algo!
Besos que ladran!
9 comentarios:
Buen ladrido gata, si mas ciudadanos se guiaran por esas reglas las cosa serian muy diferentes. Saludos
Gatica: sólo te puedo decir: GRACIAS!! MIL GRACIAS POR ESTAS ACERTADAS PALABRAS!!!
Nuevamente derrumbado ante la elocuencia de decir con fluidez abismal lo que muchos de nosotros pensamos y sentimos.
Si sigo leyendo este blog terminare ladrando o aullando.
Me recuerdas a Benedetti.
Creo que dices todo muy bien dicho, didáctico, profundo.
Eso lo admiro mucho.
Sobre la situación de tu tierra... pues solo espero que se resuelva, que se logre detener la violencia de ambos lados (pero sin más violencia para hacerlo).
Un saludo y un abrazo fuerte.
mmm... son muy parecidas a los principios por los que rijo mi propio actuar...
y de la situación actual de Venezuela... el otro día conversaba con un amigo español al respecto, que justo estaba preguntando a otro amigo venezolano (amigo en común) cómo estaban las cosas por allá... espero de todo corazón que a Chávez se le bajen los humos y logre ver las cosas con lucidez, creo que eso le hace falta :P
besooos!
que saludable este post! tan profundo en su aparente sencillez...
Un abrazo!
Excelentes gata. Gracias
Excelente post Gata, te felicito, parecen tan sencillas tus recomendaciones pero a la vez tan difícil de aplicarlas en una sociedad que se a convertido en una torre de babel donde cada uno de los bandos cree tener la razón y esta dispuesto a matar por esa razón, creo que estamos en una situación muy difícil y para poder salir adelante debemos cada uno poner nuestro granito de arena dando buen ejemplo a nuestros hijos y respetando las leyes y trabajando muy duro.
Saludos
José
Nada mejor que las palabras precisas en el momento adecuado.
Por eso agradezco el momento en que me he acercado por acá¡¡
Un beso¡¡
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