31 julio 2006

Por los niños... TODO!

Hago un alto pequeño en la vorágine de sucesos que estremecen mi vida actualmente para apoyar a Bea en lo que considero un suspiro que entre muchos generará un ciclón de vientos de cambios! Luego hablaremos de lo demás. Ella me invitó a participar en un “Tanka” y aquí está mi susurro para hacer un gran canto de voces…

Odio sin rumbo
que desaparecerá.
"Niños felices"
trayendo esperanza
y sueños de libertad.
*escrito por Tumejoramig@ (niña de fuego)
(invita a CabinaAérea, Carmelo y Silmariat "El Antiguo hechicero")
Niños Felices
sueños llenos de luces
"manitos dulces"
sin rencores ni temor
caminando hacia DIOS
*Escrito por Cabina Aérea (EBE, BEA, ElsieBea, niña pétalo de rosa)
(invito a la gata que ladra, El Santo y a la niña regalo de amor)

Manitos dulces,
Que derriten mis miedos.
Alma de Nube!
Ven, niño, en tus alas
Quiero tocar el cielo!
* Escrito por La Gata que Ladra (Invito a Consuelo, Hily y El Loco)

En el Blog de Bea está la invitación que me hizo y en el de Noa, las instrucciones para seguirlo.

Besos que ladran para todos!

28 julio 2006

Gracias a todos!

No podía irme sin hacer esto. Sería imperdonable de mi parte!

En el post anterior escribí:

Vivo de los milagros cotidianos. De las alegrías efímeras del día a día. De la mano de Dios que nunca me suelta. Así he descubierto cosas maravillosas… También recibí el afecto y el apoyo de las personas maravillosas que se dan una pasadita y preguntan como estoy y me manifiestan solidaridad y la amistad de la que hablé hace 15 días. Vivo de la esperanza…”

Y anteriormente, escribí:

“Y en cuanto a todo el que tenga la deferencia de leer esto y acompañarme en estas líneas, solo puedo decirles GRACIAS. Porque ustedes se convirtieron en fuente de inspiración, me han animado y acompañado estos últimos meses. Con ustedes me he reído, he llorado, me he desahogado. He sentido sus tristezas y sus alegrías. Me han escuchado en este espacio y me han acompañado sin esperar nada a cambio. Así lo he sentido también por ustedes… Y anoche, cuando todo se convirtió en gris, pensé en todos y cada uno de Ustedes… Y me di cuenta que quería hablarles, quería venir y contarles. Confiarles lo que estaba viviendo. Y de pronto imaginé sus comentarios. Sus palabras solidarias, sus ánimos, su respaldo. Sin importar donde están, ni quienes somos, ni qué tenemos. Sin importar de qué color somos, si nos hemos visto o no. Ustedes estarán aquí conmigo. Y yo, aunque deba hacer silencio por un tiempo, estaré aquí también con ustedes. Si eso no es AMISTAD… entonces cómo puede llamarse?...”

Palabras más… palabras menos…

Eso lo escribí con el corazón en la mano. En medio de todo aquello, pensé en sentarme a escribir, en venir y contarles. Imaginé sus comentarios. Tal cual. No me equivoqué. La única cosa tonta en la que sí me equivoqué fue en haber desperdiciado las dos semanas de luto sin escribir (que de paso, hicieron perderme el Mister Papito Bloggero :( ).

Cómo pude ser tan ciega para querer aislarlos así de lo que me estaba pasando cuando lo único que he recibido de Ustedes han sido manifestaciones de solidaridad y apoyo?!

Por eso… pido disculpas.

Y para que termine de aprender mi lección y de corregir mis defectos, me han dado una lección aún más increíble, al propiciar iniciativas tan bondadosas y desprendidas como la sugerida en los comentarios de mi post anterior.

Quiero agradecerles profundamente en nombre de mi familia y en nombre de lo que soy todo el apoyo, todo el cariño, todo el aliento que me han brindado. Todos los ánimos que he recobrado han surgido día a día con cada comentario de Ustedes. Lo que he visto hoy me tiene temblando y sin palabras. Me confirma lo que creo. Me bautiza de nuevo. Me comulga en la AMISTAD. Me casa con mis convicciones.

Quiero que sepan que han sido todos y cada uno de ustedes los protagonistas de esos milagros cotidianos a los que me referí antes. Con sus palabras, con sus gestos, con sus manifestaciones de cariño y solidaridad. Incluso, uno de ustedes, fue protagonista (sin saberlo, hasta que lo puse al tanto) del hermoso milagro de recibir el bien desinteresadamente y ofrecerlo a otro en compensación, de la misma manera… y sin saberlo, ese bien volvió a las manos de quien lo ejerció en un principio (también de manera inconsciente y desinteresada).

No voy a decir a nombres porque no quiero que se me escape ninguno. Sencillamente quiero que en cada letra de esta palabra quepan todos en un gran y fuerte abrazo de

A G R A D E C I M I E N T O

Para demostrarles un poco lo que siento quiero dejarles esto. Siempre fui muy celosa de mi privacidad y toso eso. Pero lo que ustedes han hecho por mí y por mi familia, tan solo con sus buenos deseos y su apoyo solidario, ha sido tan grande que quiero en nombre de ellos agradecérselos dándoles entrada formal y con los brazos abiertos a mi corazón y al de los míos. La foto de arriba son mis dos pequeños. Los dos por los que estoy luchando como lo que soy, como gata panza arriba! En nombre de ellos y sus sueños… GRACIAS.

Y, quiero antes de extenderme más de la cuenta y ponerme más cursi aún, agradecer la propuesta de “la vaca” que surgió en los comentarios de mis post anterior. Aceptarlo, sería demasiado para mí. Así que me conformo con que si saben de algún anexo o apartamento (02 hab. máximo), sólo avísenme. Eso será más que suficiente. Y les prometo, en honor a la mano que me han extendido, que si necesitara algo más se los haría saber.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!

26 julio 2006

Colgando de la brocha...

Esta mañana la pasé escribiendo. Relatando todo lo acontecido. Echando el cuento. Resumiendo la historia. Borré todo. 04 páginas y empecé otra vez. Me fui a almorzar. Volví. Borré todo de nuevo. Volví a empezar. No quiero tristezas ni amarguras en mi vida. Por eso no había escrito y no quisiera traerlas ahora. Pero creé este blog para desahogarme, para qué otra cosa puede servir!

Esta es la situación: Mis hijos están lejos de mí. El mayor, con sus abuelos. El menor, con una tía. No puedo tenerlos a mi lado porque no tengo dónde vivir con ellos. En donde estoy ahora no nos quieren. No nos quiere la familia de mi esposo. La razón? No entiendo muy bien por qué… Un poco porque no tienen apego ni sentido de familia. Otro poco porque yo “no soy la esposa” de Eduard, porque no estamos “casados”. También influye el hecho de que yo soy diferente, me criaron de otra forma y no doy explicaciones de mis actos. No le rindo cuentas a nadie. Soy independiente. Me defiendo sola. Además… no tengo cultura de “country club” ni pertenezco a la high society. Mis apellidos son “vulgares”. Mis gustos son “vulgares”. Como “cosas” que no se pueden ni pensar. No juego tenis, ni tomo té. Prefiero la cerveza al vino y el ron al whiskey. No lo sé. Algo así más o menos. No encajo.

Pero como no tengo por qué bajar la cabeza ante nadie, no acepto imposiciones. Ante todo respeto y no espero menos que lo mismo. Pago la mitad de todos los gastos del apartamento. Alquiler, condominio, agua, agua potable, teléfono, cable, luz y reparaciones que surjan, entre otras cosas. Me gano la vida dignamente. Pero, no puedo salir de mi habitación “para no molestar”, no puedo tener a mis hijos porque “molestan”. No puedo preparar mis dulces o “matar mis tigritos” porque molesta. Soy una mujer solvente no sólo económicamente aunque no tenga donde caerme muerta, sino solvente Moralmente, Personalmente, Espiritualmente y eso es mucha más riqueza de la que puede desear cualquiera, según mi manera de ver las cosas y aunque con ello no se vaya al mercado.

Por otra parte, Eduard no tiene trabajo. Una vez más está en el aire. Tratando de resolver lo que puede todos los días. Sin embargo albergo la esperanza de que esa situación cambie pronto.

Yo sigo trabajando donde siempre. Esto es lo único seguro que tengo. Mi trabajo y escribir.

Extraño a mi bebé. Dios sabe cuánto lo extraño. El fin de semana estuve con él. Pero es tan poco y tan injusto todo esto. Trato de hablar con él todos los días, pero el nudo que se me forma en la garganta cuando escucho su vocecita al otro lado del teléfono, me parte el alma. El esfuerzo que hago para no llorar cuando hablo con él me agota.

Christian no me preocupa mucho. De todos modos ya estamos acostumbrados a que pase “sus vacaciones” con sus abuelos. Aunque no puede dejar de angustiarme si podré traerlo de vuelta cuando empiecen las clases. Lo extraño? si. Pero lo hemos tomado como iba a ser desde un principio. Como sus vacaciones.

Por dentro estoy entera. Tengo fe. Tengo ánimos. Sé que todo se va a resolver. Realmente quien me preocupa es Eduard. Para él ha sido un golpe duro pues se trata de su familia. Es decir, su mamá, su papá sus hermanas…

Yo soy una persona emocionalmente más templada. Con un carácter más fuerte y sólido. Y se me hace más fácil la magia de tornar tripas en corazones. Pero hay cosas que sencillamente no puedo tolerar. Esto que están viviendo mis hijos por razones que aún no puedo comprender, para mí es muy duro afrontarlo, respirar profundo y tomarlo con calma. Para no equivocarme. Para no apresurarme. Para no cometer más errores. Sin embargo estoy contenta porque hace tiempo quería salir de allí. Lástima que las circunstancias hayan sido estas. Pero no me importa.

Respiro profundo…

Por lo pronto no puedo apartar mi vista de mi norte: conseguir un apartamento o un anexo pequeño, donde podamos vivir los cuatro. No me importa si tiene muebles o no. No me importa donde esté ubicado. No puedo pedir mucho pues tampoco puedo pagar mucho. Lo que gano es poco y mientras Eduard esté sin trabajo no me puedo dar el lujo de adquirir grandes compromisos. Me conformo con un lugar modesto, donde podamos empezar otra vez y volver a tener a mis hijos conmigo.

Esto es una pesadilla. A veces creo que en cualquier momento voy a despertar. Respiro profundo. Miro hacia arriba. Pienso. Pa’ atrás ni pa’ coger impulso. Tranquila gata. Tú puedes.

Vivo de los milagros cotidianos. De las alegrías efímeras del día a día. De la mano de Dios que nunca me suelta. Así he descubierto cosas maravillosas. He superado dolores y recuerdos terribles al encontrarme cara a cara con mi ex y darme cuenta de que podía verlo a la cara sin sentir absolutamente nada, ni odios, ni malos recuerdos, nada. Sentí paz. Paz con él, con mi hijo y conmigo misma. Fue increíble. También recibí el afecto y el apoyo de las personas maravillosas que se dan una pasadita y preguntan como estoy y me manifiestan solidaridad y la amistad de la que hablé hace 15 días. Vivo de la esperanza. Me aferro a ella más que nunca. Tengo fe en mi misma y en lo que he vivido. Fe en que lo que uno esparce hacia el universo, el universo lo devuelve y yo no le he hecho mal a nadie. Así que puedo esperar de cara al viento porque esto pase y pueda superarlo.

Eso sí. No pienso soportar más de lo que he soportado. Lo peor que podía pasarme ya me pasó. No tengo donde vivir y por eso me he tenido que separar de mis hijos, para que ellos estén bien. Así que de ahora en adelante, más que nunca, seré lo que soy. Las decisiones que deba tomar ahora serán mucho más sencillas de tomar. Lo sé.

Esto es solo la primera parte. Un desahogo.

Esto es lo que hay. No estaré en esa casa más de lo necesario para dormir. No quiero sonreír, ni saludar, ni comportarme con respeto o consideración porque no lo he recibido. Así que solo llego tarde a dormir y me voy temprano antes de que despierten. A trabajar. A buscar donde irme. Sobre todo esto último. Tengo dos meses para resolver esto. Y tengo un plan “C” también, en caso de que no lo logre.

Eduard? La verdad es que yo lo veo muy mal. No creo que pueda con él. Está anulado en medio de la depresión que le causó todo esto. Quizás tenga fuerzas para levantarse y seguir adelante conmigo. Mientras, no puedo detenerme en esto. Tengo que seguir adelante para recuperar a mis hijos lo más pronto posible.

Lo amo con toda mi alma. Decidí hace muchos años emprender mi vida con él y cuánto he luchado desde entonces! Me duele mucho todo esto. No sé como apoyarlo o ayudarlo a superar esto, porque estoy convencida que nadie va a lograrlo más que él mismo. Si él mismo no busca sanarse y superarse, nada lo sacará de ese hueco en el que caído. No sé como hacer para que entienda que no hay nada más que buscar, ni tiempo que perder. Solo estamos nosotros. El, yo y nuestros hijos. Tenemos que salir adelante con esto. No contamos con nadie, ni con nada más. Es duro, si. Es difícil. Pero y qué?

Nada de lo que le he dicho funciona. Nada puede reanimarlo. Y si ni siquiera yo o el hecho de que tenemos que salir de esto para recuperar a nuestros chamos, ha podido encender en él la esperanza, las ganas, entonces qué?

Mi mano seguirá extendida. Si quiere tomarla y seguir, allí estará. Mientras tanto, con la otra y con mis pasos, debo salir adelante para recuperar a mis hijos. Sobre todo eso. Recuperar a mis hijos.

Hace 15 días ya… esta es la situación. Necesito un anexo o un apartamento pequeño donde pueda irme. No puedo pagar mucho, así que no pido mucho. Quizás unos 600mil Bs. al mes. No puedo ponerme exquisita con la zona. Solo quiero cuatro paredes y un techo donde pueda abrazar a mis hijos antes de dormir.

Lo demás, vendrá solo. Amanecerá y veremos…

14 julio 2006

No es un adiós...

Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí… Eduard cumplió 46 años (shshshshsh), Italia quedó campeón de la Copa del Mundo tal y como yo quería (Salve Forza Azzurra! … aún tarareo “Una State Italiana” de Giannino y Benini), Zizou perdió la cabeza en el esternón de Marco Materazzi, Christian tuvo un acto precioso donde le entregaron su premio y el agua sigue corriendo bajo mi puente.

Quería contarles los detalles del Acto de Reconocimiento donde premiaron a Christian, quería contarles que celebramos el cumpleaños de Eduard y el triunfo de la Squadra Azzurra con pizzas, cervezas, torta y familia. Quería celebrar con ustedes y contarles otras tantas cosas.

Pero el destino es caprichoso y se ensañó conmigo.

Debo suspenderme, no sé por cuanto tiempo. Escenas lamentables y problemas muy tristes en la familia, me doblegan hoy el espíritu. Decisiones drásticas, forzadas y dolorosas sobrevienen haciéndome un nudo en la garganta y la pena se me instala en el corazón. Mi corazón que hace ocho días sonreía pleno de esperanza, de entusiasmo y de amor.

Uno de los momentos más amargos de mis 32 años ha llegado. El destino de mi pequeña familia se lo juega todo. La separación es inminente y aunque sea circunstancial, “lo mejor para todos” y blah, blah, blah… no deja de hacerla dolorosa.

En mi vida se han derramado múltiples bendiciones. Una familia hermosa, unos padres amorosos, unos hermanos a prueba de todo. Esfuerzo recompensado. Luchas incansables y reconocidas. Nunca me faltó una mano, un hombro, un abrazo, un regazo para llorar, una sonrisa para resucitar. Señor, gracias por todo.

Sin embargo, hoy se cierne nuevamente sobre nosotros la tristeza, la decepción y la rabia que causa la impotencia de no poder cambiar las cosas.

Una familia que se desmiembra. Perdones que no fueron. Misericordia que fue negada. Oportunidades que se desaprovecharon. La tolerancia, el respeto, la solidaridad, la consideración y la fraternidad quedaron tristes afuera porque las puertas les fueron cerradas en las narices.

Ahora, sólo nos queda el amor. El amor entre nosotros. Mi pequeña familia. El amor que tantas veces nos ha levantado. Nos quedamos sin nada? NO. Nos quedamos con todo! Quizás hoy no tengamos para donde ir. Pero nos tenemos los unos a los otros. Mis brazos para acunar a mis hijos y los brazos de Eduard para protegernos a todos.

Quizás una familia se haya venido al piso. Quizás una familia haya “aceptado” la absurda idea que ese lazo se puede romper y acabar. Pero a mi familia no la toca nadie. A mi pequeña familia, no la separa nadie.

Eduard… algún día leerás esto. Quizás cuando superemos este escollo. Solo puedo decirte que yo estaré a tu lado pase lo que pase. Que te apoyo. Que te amo. Que yo decidí que mi vida es contigo en las buenas y en las malas. Que aunque todos los que creías “tus seres queridos” te hayan dado la espalda, te quedo yo, te quedan nuestros hijos. Aunque no podamos llenar ese vacío. Saldremos adelante. Juntos.

Por el momento, solo necesitaba espacio para llorar en silencio. Para descargar la tristeza, la rabia, la decepción, la angustia, el dolor. Pronto cesarán mis lágrimas. Y en el hueco que deje vacío mi llanto de ahora, cabrá la serenidad y la fortaleza que necesito para seguir adelante.

La Gata que Ladra no se rinde tan fácilmente. Tal vez hoy no tenga nada. No tenga dónde pasar la noche. No tenga a dónde ir. Pero en mí sobra voluntad. Sobra amor y sobran esperanzas y motivos. Renaceré con otra de mis nueve vidas. Saldré adelante. Volveré con la cara limpia, sin lágrimas, ni heridas. Sin rencor. Olvidaré. Sanaré y regresaré.

Por ti Pu, por mis hijos y por misma…

Y en cuanto a todo el que tenga la deferencia de leer esto y acompañarme en estas líneas, solo puedo decirles GRACIAS. Porque Ustedes se convirtieron en fuente de inspiración, me han animado y acompañado estos últimos meses. Con Ustedes me he reído, he llorado, me he desahogado. He sentido sus tristezas y sus alegrías. Me han escuchado en este espacio y me han acompañado sin esperar nada a cambio. Así lo he sentido yo también hacia Ustedes. Y anoche, cuando todo se convirtió en gris, pensé en todos y cada uno de Ustedes… Y me di cuenta que quería hablarles, quería venir y contarles. Confiarles lo que estaba viviendo. Y de pronto imaginé sus comentarios. Sus palabras solidarias, sus ánimos, su respaldo. Sin importar donde están, ni quienes somos, ni qué tenemos. Sin importar de qué color somos, si nos hemos visto o no. Sé que Ustedes estarán aquí conmigo. Y yo, aunque deba hacer silencio por un tiempo, estaré aquí también con Ustedes. Si eso no es AMISTAD… entonces cómo puede llamarse?

Gracias a todos. Perdón por lo malo. Espero desde el fondo de mi corazón sincero y amplio que esto no sea adiós… sólo un hasta luego.

Con amor,

Maileh

04 julio 2006

DOBLEMENTE FELIZ Y ORGULLOSA!

He recibido una noticia maravillosa que me tiene tremendamente emocionada y me embarga de un orgullo infinito, que me ata un nudo en la garganta y me aguarapa los ojos de felicidad. Quiero compartirlo con todo el mundo, no sólo por orgullo que siento, sino porque él, Christian, mi chamo, lo merece.

Para que comprendan cuanto significa esto, quiero resumirles un poco los detalles de lo que significa haber recibido este regalo. Hace dos años, cuando decidimos dejarlo todo en Margarita y venir a Caracas, a mitad de año escolar, tuvimos que cambiar a Christian de un colegio a otro. Finalizó ese año, pasó de grado y nos vinimos. Al llegar aquí, comenzó un nuevo año escolar en el único colegio cercano a casa donde encontramos cupo para él. Tres colegios distintos en menos de 02 años! Enfrentar los grandes cambios que le sobrevinieron con nuestra mudanza y las nuevas condiciones de vida y estudio que le tocaron acá, fue muy difícil para él. Tanto, que a pesar de haber sido siempre un buen estudiante, sus notas cayeron de manera alarmante, estaba desanimado, triste, desmotivado. No le gustaba su maestra, ni su escuela y no quería ni siquiera ir a clases. No le gustaba su nueva ciudad, ni sus nuevos compañeros. De pronto como nunca en su vida comenzó a manifestar frustración, inconformidad y rabia por cosas a las que antes nunca les dio importancia (ropa de marca, ir a restaurantes, poseer juegos de videos, celular, etc.) Incluso, esto lo llevó a cometer un par de travesuras que nos asustaron mucho pero sobre todo, nos dolieron en el alma. Finalmente y a pesar de nuestros esfuerzos, Christian reprobó el año escolar.

Conscientes de las circunstancias, decidimos encarar el problema, determinar qué era lo que en realidad le estaba molestando y comenzar por ofrecerle una oportunidad de enfrentar lo que estaba pasando y superarlo, y que al mismo tiempo, aprendiera una lección sobre lo importante que es saber dar justo valor a las cosas y al esfuerzo que cuesta obtenerla. Si bien para él no ha sido fácil asimilar todo lo que hemos vivido últimamente, para nosotros tampoco, y como siempre le decimos, estamos juntos en esto y debemos salir adelante, juntos. Para eso estamos, para apoyarnos unos a otros.

Este es el resultado de SU esfuerzo, de SU dedicación y de SU valentía porque TODOS los méritos son de él.

El texto de la carta dice así:

Caracas, 26 de Junio de 2006

Cristian André Guerra Velásquez
U.E.N. Martínez Centeno
Ciudad.-

Estimado Christian André:

Todos y cada uno de los miembros, patrocinantes y amigos de la Fundación Excelsior queremos decirte ¡Bien hecho!, ¡Qué buen trabajo!. Alcanzaste tu meta, estás en el grupo de los estudiantes más destacados de tu colegio. También queremos decirte que estamos llenos de orgullo y de satisfacción por tí y por tu esfuerzo y constancia durante este año escolar que culmina. Tu empeño es nuestra inspiración para ser mejores ciudadanos, mejores padres, mejores trabajadores. Tu éxito es nuestra esperanza, tú eres nuestro anhelo, representas ese deseo que tenemos de hacer de Venezuela el mejor país del mundo, y estamos seguros que con personas como tú, eso será posible.

Queremos decirte que tu triunfo no puede pasar desapercibido, y por ello te invitamos a celebrarlo en compañía de otros estudiantes que como tú, también alcanzaron tan importante logro. El próximo 12 de Julio de 2006, a las 10:00am, en la Quinta Esmeralda, ubicada en ... Allí tendrás la oportunidad de pararte frente a todos y poder gritar, sin pena alguna y con tu medalla en el pecho, ¡Lo logré!.

¡Te esperamos!

Muy cordialmente,

Carlos Ciordia
Presidente
Fundación Excelsior

Una vez más puedo reafirmar en él, el valor de esforzarse. Una vez más me hace feliz, una vez más que Dios te Bendiga Hijo, que Dios te Bendiga Mil Veces!

Te amo!

03 julio 2006

Feliz Cumpleaños Christian André!

La semana pasada comenté que mi hijo mayor cumplió 12 años el 22 de Junio. Yo había escrito una carta para él que quise publicarle aparte y con calma para hacerlo como quería. Así que aquí está lo que escribí a mi hijo en su cumpleaños.

Hijo,

Hoy cumples 12 años. No puedo creer que haya transcurrido tanto tiempo y a la vez ha sido nada. He decidido escribirte para felicitarte y desearte tantas cosas que quiero para ti, para contarte lo que siento hoy y empalagarte con todo lo que me inspiras. Sonrío ahora imaginando tu carita rebelde torciendo los ojos al cielo y exclamando: - Ay mamá, por favor! Quizás te lo diga más tarde, pero igual quisiera que lo que voy a decirte quede, porque sé que de un momento a otro nuestra relación va a cambiar, porque estás creciendo, porque comenzarás otra etapa de tu vida y porque es inevitable que esto suceda. Me gustaría, por esta razón, que lo que te digo hoy puedas volver “a escucharlo” dentro de unos 15 o 20 años, cuando vuelvas a leer esto pensando diferente y con una perspectiva que se acerque más a la que yo tengo ahora.

Hace 12 años, yo era una niña grande. Irónicamente a los 21, era más inmadura que a los 16. Mi vida estaba desorientada y llena de confusiones. Llena de contradicciones e inseguridades. Quería vivir tanto al mismo tiempo! Y viví… Viví más de lo que me tocaba y menos de lo que me correspondía. Pero eso es parte de crecer. Yo elegí mi ritmo y me tomé el tiempo que quise. Aún cuando esto en algún momento pudo llegar a exasperar a mis padres, aún cuando me perdí varias veces en el camino. Yo decidí mi vida. Lo importante de todo cuanto esa decisión me aportó, bueno o malo, es que hoy en día puedo encararlo sin vergüenza, sin remordimiento, sin arrepentimiento. Y quiero que tú tengas la misma libertad de escoger cómo vivirás la tuya.

En medio de todo aquello viniste tú. Una consecuencia? No. No eres una consecuencia. Ni eres un niño buscado, medido y planificado. Eres más que eso. Más que cualquier cosa. Eres la oportunidad más grande en mi vida. Una oportunidad que Dios me regaló para dar sentido, dirección y destino a mi camino. Fuiste y eres un milagro en mi vida y tengo tanto que agradecerte! Mi angelito de carne y hueso. Tú me has salvado tantas veces y cuánto quisiera que pudieras comprenderlo.

Estos 12 años, has sido mi norte. Desde el mismo momento en que naciste me cambiaste el modo de pensar y me abofeteaste para que despertara y pusiera los pies en la tierra. Tú te convertiste en mi conciencia, en mi luz y mi guía. Tú sin ni siquiera saber hablar me explicabas qué debía hacer. Sin ni siquiera saber caminar, me indicabas el camino a seguir. Tú, has sido mi compañero, mi socio, mi amigo. Muchas veces me he criticado la manera de criarte y de tratarte. Quizás esté cometiendo errores, aún no tengo modo de saberlo. Pero considero que significando tanto como significas, no puedo tratarte sino como lo he hecho, como mi compañero. Te veo tan distinto a como otras madres me describen que ven a sus hijos!

Siempre te he hablado claro. Quizás he sido dura y exigente. Quizás te he herido con la severidad de mis sentencias y por ello, desde siempre, te he pedido perdón ante las veces que me halla equivocado en la manera de hacer las cosas o de decirlas, pero como siempre te digo: viniste sin manual de instrucciones, así que enséñame tú. Como tantos padres, solo me preocupa y procuro lo mejor para ti. “- Sí, mamá, ya sé…” y suspiras… Me parece oírlo tan clarito.

Hijo, no pretendo caer en la soberbia intensión de ponerme como ejemplo para tu vida. Pero sí te he señalado (y lo seguiré haciendo) los que creo que fueron los errores que cometí con la intensión de que tomes de ello lo que necesitas o te sirva para aprender a elegir tu camino y ojala también mis aciertos te sirva de algo.

Creces. Estás creciendo. Y me emociona irte conociendo, saber cómo piensas y cómo ves las cosas. Cada vez más claro y más independiente. Cada vez usas más tu propio criterio. Cada vez me sorprendes más como individuo y cada vez me siento más orgullosa de ti, de tus virtudes, de tus fortalezas y de la suerte que tengo porque me hallas tocado como hijo. Aunque a veces mi impaciencia y mi emoción me arrastren y trate de apresurar las cosas.

Sabes cuantas cosas deseo y trato de alcanzar para ti, aunque no te pueda comprar el súper juego de video que quieres o no me gusten esos pantalones tipo “mamarracho” que tú ves tan “cool”. Pero hay algo además de eso que quiero que sepas. No importa lo difícil que haya sido nuestra vida, sabes que cuentas conmigo y no quiero que lo olvides nunca. A pesar de mis desencuentros, mis desaciertos y mis torpezas, yo siempre estoy y estaré a tu lado y de tu lado. No importa cuán grande o difícil creas que sea el problema que tengas, en mí puedes confiar ciegamente. Como lo he hecho hasta ahora, voy a apoyarte y a hacer lo que sea para que tengas la oportunidad de alcanzar tus sueños.

Un día entenderás por qué esta “bruja mala del oeste” te pone límites, por qué te exige y te presiona, por qué te obliga a hacer eso que te da fastidio. Eso lo sé. No me preocupa y no espero que me lo agradezcas o lo compenses. Yo sé que en el fondo entiendes muchas cosas más de lo que me dejas saber. Y quizás me esté apresurando al contarte todo esto. El hecho es que espero que un día podamos sentarnos a sacar cuentas, a sumar los aciertos y a restar los errores. Si al final, la cuenta da a tu favor, estaré más que satisfecha.

Te amo con toda el alma!

Feliz cumpleaños,

Mamá.