07 febrero 2008

Peor que nunca...



boomp3.com


De vuelta, una vez más. No encontraba por donde empezar. Hay muchas cosas qué decir. Encontré el modo y es volver al principio. A lo que fue desde el comienzo la idea fundamental de abrir este blog. Un espacio donde la otra, la que me habita, pudiera decir las cosas que normalmente no dice a nadie y así será esta vez o, mejor dicho, eso me propongo hacer ahora.

Actualmente, entre agites de la peligrosa cotidianidad que me cerca desde que pisé esta ciudad, me he entregado de lleno a algunas actividades que me gustan. Las que más me han gustado siempre y comenzaré por la lectura. Hace tiempo escribí un Inventario de Lecturas en el que incluí los libros que he devorado desde que mi maestra Ana, me enseñó el a, e, i, o, u.

Tenía idea de actualizarla a medida que avanzara, pero entre una cosa y otra, nunca lo retomé y ahora me siento con calma a retomar la propuesta.

Desde el último que mencioné en la lista “Si, papi. No me jodas” de Adriana Pedroza, han transcurrido unas cuantas páginas:

La sombra del viento: de Carlos Ruiz Zafón. Este libro tiene incluso una página web donde puede curiosearse acerca de su historia. Fue un regalo de cumpleaños y me atrevo a decir que por lo que significó, por su contenido, por su historia y por lo que se convirtió luego (y es ahora) ha sido uno de los mejores regalos de cumpleaños que he recibido en mi vida.

El Código Da Vinci: de Dan Brown. Me rehusé, le huí, me alarmaba el aspaviento que causó, era “de moda”, era que hasta una película le habían hecho, era escandaloso el alboroto a su alrededor… Pero, llegó a mis manos con esta oren: “Tienes que leer este libro”. Pues lo mejor que saqué de él fue el alimento a mi curiosidad, la secuencia de Fibonacci me cautivó, además la exasperación de algunas que conozco porque yo estuviera leyendo esa “herejía”. Jajajaja… nada como eso. Fue entretenido.

La columna que dibujaste dentro de mí: De Vivian Jiménez. Escribí sobre él en una oportunidad. Fue un libro retador para mí por la trama, los personajes, el final, los conceptos. Más de una vez me encaró conmigo misma. Muy bueno.

Así habló Zaratustra: ¡qué puedo decir yo de Friedrich Nietzsche! Este ha sido uno de los libros más complejos que he leído. A veces aplaudía al tipo (Zaratustra), otras veces me reía (nunca me burlé, pero me daba risa) y otras tantas… pues, si hubiera estado yo entre sus escuchas cuando hablaba, me hubiera dado media vuelta y me hubiera ido. Sin embargo, en segunda lectura (suspiro) no podía ocultar mi asombro, mi admiración y hasta en mi carácter se notó su influencia, sobre todo por el impacto que causó en mí las Tres Transformaciones: Camello, León y finalmente, Niño.

Los pasos contados. Antología de Poesía: por Eduardo Carranza. Poeta colombiano. Como muestra de lo que me causó este poemario les dejo un par de versos: “Bien está que se viva y que se muera. / El sil, la luna, la creación entera, / salvo mi corazón, todo está bien.” De su “Soneto con una salvedad”.

Eduardo Carranza. Vida y obra: junto a su poemario, venía una descripción de su vida y obra, escrita por su hija María Mercedes Carranza y un joven periodista colombiano, Daniel Samper Ospina, en la confluyen los frutos maravillosos de su don de poeta y las flores exquisitas de las huellas que dejaron sus pasos, perfumadas siempre por el bien que hizo a las almas que pudo tocar con su obra.

Demian: de Hermann Hesse. La magia está presente en todo el libro y yo pensé que era la única que podía verla. Quizás no he conocido gente suficiente o he hablado del tema con las personas equivocadas. Desde Demian, me enamoró Hesse, por su profundidad, por los recuerdos que me trajo, por el claroscuro de sus páginas.

Siddharta: también de Hermann Hesse, como verán me atrapó absolutamente. Qué decir de Siddharta… no terminaría de enumerar lo aprendido, lo recordado, lo vivido, lo confirmado… no, no tendría fin. Es una hermosura.

Lobo estepario: y seguimos con Hesse. Este libro fue el causante de todo esto porque alguien me dijo: -Tú eres una loba esteparia. Y pues no me quedo con la duda ¿Conclusión? Si. Soy una loba esteparia.

Rocanegras: de Fedosy Santaella. Señores ¡talento joven venezolano! Búsquenlo y léanselo ¡Se las trae!

Rayuela: ¡Cortázar! Este es el libro más maravilloso que he leído. La forma en que llegó a mis manos, la forma en que me abrió los brazos, la forma en que me secuestró… Yo diría que este libro me abdujo y me devolvió convertida en otra mujer, tal y como dicen aquellos a quienes han abducido los extraterrestres. ¿Exagero? ¡Léanselo!

La Metamorfosis: de Franz Kaftka. En más de algún momento de mi vida me he sentido como una cucaracha... pero nunca como cuando leí este libro.

María: de Jorge Isaac. Este lo leí en bachillerato. Lo retomé. Dios mío ¡cuánto he cambiado! En aquella oportunidad, me encerraba a llorar a moco suelto mientras leía. Pero esta vez, estuve absolutamente absorta en la descripción de los paisajes, parece que hubiera estado allí. Así que, Manuel Ávila ¡ahora te recuerdo más!

Hija de la fortuna: de Isabel Allende. Esta es una historia entretenida. Me gusta porque me abre espacio a las costumbres y la (in)cultura de nuestra Latinoamérica. Además me encanta el carácter de Eliza, la heroína de la novela. No tenía buenas referencias de Isabel, pero este libro no me ha dejado mal sabor. Me ha gustado.


Aparte de estos, que hacen algo así como un libro al mes, tengo a mano varios poemarios que devoro como merecen, con calma. Estos son algunos: Poesía reunida de Beverly Pérez Rego, Antología de los Mejores Poesías de Amor del Siglo XX en la Lengua Española que es una recopilación de Luis María Ansen, Daños espirituales que es un poemario de Cecilia Ortiz.

Poco a poco, hablaré de ellos.

¡Besos que ladran!


NOTA: les dejo el tema que a propósito de todo esto me ha dedicado Eduardo... disfrútenlo!