05 marzo 2009

Es que llamarlo PERRO es un insulto para los perros...


Anoche me acosté extenuada... Sólo anhelaba dormir. Pero, claro, como por ahí iban mis ganas, por ahí sería jodida. Me acosté a las 11pm e inmediatamente caí profundamente dormida. De pronto, me despertaron unos gritos aterradores, consecutivos, sin respiro, sin descanso entre uno y otro, agudos, constantes, incesantes, DESESPERANTES!!!
Estaba petrificada en la cama. Miraba al techo. No podía creerlo. Pero sobre todo, no podía concebir que tendría que soportarlos porque no podía hacer nada al respecto!
Di mil vueltas, me levanté, prendí la luz y me fui a la cocina, miré horrorizada que el reloj marcaba las 2:20am. Me tomé un te, apagué las luces y volví a mi cuarto, me asomé a la ventana, pensé en gritar yo también... Pero, por desgracia, no soy ese tipo de gente. Cerré la ventana, encendí el aire acondicionado y volví a la cama. Me arropé. Me tapé la cabeza con la almohada ¡Qué ingenua; creer que así no escucharía más los gritos!
Una hora después continuaban igual que al principio. Con la misma energía. Con la misma constancia e insistencia. A veces, más desesperados, elevaban aún más el tono. Era una cosa sencillamente sorprendente además de tormentosa.
De pronto, sentí unos violentos pasos descalsos que retumbaban en las paredes de la casa y unos instantes después, tras un serie de golpes, los gritos más dolorosos que he escuchado en mucho tiempo...
El corazón se deshizo en el pecho...
Dejé de respirar por un momento...
De pronto un silencio abismal. Podía escuchar mis propios latidos... Cerré los ojos y traté de pensar en otra cosa. Transcurrieron unos quince minutos y los chillidos se reanudaron tan enérgicos e insensates como al principio.
Recordé todas las veces que me mis hijos me han pedido que les regale o les deje tener un perrito. Recordé las veces que me sentido la "mujer de hielo" al decirles tan tajantemente que NO. Recordé las caritas de dolor que me han puesto y como me hablan sus ojitos diciéndome: ¡Que mala eres mamá!... Suspiré.
Casi estoy segura de cuál vecino es el autor de mi pesadilla de anoche ¿Cómo es posible que te hagas de un animal sólo para pavonearte con él?... ¿Cómo es posible que este desalmado pueda actuar de semejante modo?... ¡Ah! Claro, perdón por la redundancia.
La escena de los pasos, los golpes y los gritos, se repitió alrededor de las 4:30am. Luego oí los gritos un poco más sordos. Posiblemente lo cambiaron de habitación. Posiblemente, ya a esa hora, cuando todos tenemos que comenzar a desperezarnos y levantarnos, el pobre animal (el cachorrito) se calmó.
Al otro ser, que no merece llamarse animal o perro porque sería un insulto para ese reino y para la nobleza de esas mascotas, al desalmado, al infame, al degenerado vecino (que estoy casi segura de quien es) no se le va a acabar tan fácil el "problemita" en el que acaba de meterse. Él cree que tener que levantarse, no a atenderlo, sino a callarlo a golpes como si fuera a lograrlo, es el único problema que tiene... Que siga creyendo...
¡Besos que LADRAN!