10 diciembre 2007

Fin de Semana en La Victoria



Este fin de semana tuve el gusto de ir a Maracay y a La Victoria. Me vine sumamente complacida y gratamente sorprendida a pesar de lo relámpago que fue el paseo. A Maracay sólo la había atravesado de pasada pero esta vez, el recorrido fue casi completo, pues la razón que me llevó hasta allá lo obligaba.

Con un centro abarrotado de gente y unas colas que no tienen nada que envidiarle a las de aquí, Maracay me dejó sorpresas en cada esquina, entre ellas, lo limpia que está, la presencia de efectivos de seguridad en las calles y avenidas, lo avanzada de la limpieza de la propaganda electoral de los comicios del 2D y una gente que parece vivir en otro país (típico del interior). Centros Comerciales grandes y brillantes y colas para entrar en sus estacionamientos dignas del Sambil. Un ambiente de fiesta latente porque esa noche jugaban los Tigres de Aragua y radios y televisores, con la transmisión del juego, se veían y oían por doquier. Pero, principalmente dos cosas me dejaron totalmente abrumada: la primera… los semáforos tardan una eternidad en cambiar (¿o será que estoy acostumbrada ya a la velocidad de vida de aquí?) y ¡vi cada marramucia esquinera de espanto y brinco que ni les cuento! Además el problema de los motorizados es el mismo que acá. No ahondaré en esto, pero realmente me quedé boquiabierta. La segunda cosa que me abrumó por completo, es el esmero en la atención en los sitios a los que fui. Entré a un restaurante en el que encontré parque infantil (sin ser una cadena de comida rápida de las que todos conocemos), baños automatizados (lavamanos y todo) limpios (impecablemente) y BUENA ATENCION! Fue una experiencia increíble para mí que vivo comiendo en la calle y me llevo cada día mi dosis de grosería en el plato que me traen a la mesa. Me vine feliz por esas sorpresas. Pero el paseo apenas empezaba y de allí nos largamos a La Victoria

Llegamos allá a las 11 de la noche del viernes, sin reservación de hotel pero derechito a uno que Eduardo conocía desde la infancia: Hacienda El Recreo. No había habitaciones disponibles, pero el recepcionista se esmeró en ayudarnos a conseguir en algún otro y en vista de que sus esfuerzos fueron en vano y la presencia de Carlitos dormido en mis brazos, finalmente nos ofreció una haciéndose responsable ante el Gerente a quien llamó para solicitarle autorización.

Estábamos tan cansados que particularmente no reparé en lo que me rodeaba. Hasta la mañana siguiente, cuando bien tempranito, escuchaba el escándalo maravilloso de trinos de todos los colores. Carlitos estaba tan maravillado como asustado (no le gustaron los cantos de las guacamayas). Me levante y cuando abrí la ventana… Dios… ¡mis ojos no podían creer lo que veían! Fue realmente hermoso despertar con aquel friíto, el canto de los pájaros, la luz del sol colándose tímidamente entre los árboles, aquel verdor y aquel olor a tierra, a monte y ¡a café!

Las referencias que tenía de La Victoria no eran para crearse grandes expectativas. La familia paterna de Eduardo es oriunda de esos lares. Sin embargo, tomando en cuenta la fuente de donde provenían mis referencias debí guardar serias reservas. Es una ciudad pequeña, limpia, las calles principales y avenidas que la circundan no están perfectas pero sí en muy buenas condiciones. En las calles secundarias hay obras en ejecución y a otras les falta un cariñito. Muchos proyectos habitacionales y comerciales en ejecución, otros parcialmente entregados y operando o habitados, según el caso. El centro de la ciudad especialmente limpio aunque no faltan los molestos buhoneros, las fachadas coloniales bien conservadas, muy lindas, callecitas con empedrados, placas de información en sitios especialmente importantes por históricos y por lo que representan para habitantes y visitantes. Me vine fascinada. Los restaurantes en los que estuve, excelentes; sin demasiadas pretensiones en sus instalaciones, recibí una atención bien esmerada, limpieza y calidad tanto en la comida como en los servicios. No pude entrar a conocer la Estación del tren en El Consejo, pues había un evento privado. Igual en la Hacienda Santa Teresa y La Quebradita. Pero, están funcionando para propios y visitantes los fines de semana y en el corto recorrido que hicimos en ellas observé que están muy bien mantenidas.

¿La nota? La emoción de Eduardo al llevarnos a la heladería a la que lo llevaban a él cuando tenía la edad de Carlitos y encontrarnos que aún está ahí. Tiene 47 años de fundada, los dueños son los mismos –una pareja de italianos lindísima- que preparan sus helados allí mismo, desde entonces. Aún están las mismas máquinas, el mismo anuncio, parece que el tiempo se hubiera detenido en ese lugar. A mí, que no me gustan los helados, me tocó complacer a Eduardo probando el de Turrón… lo confieso, ese me gustó y ¡muchísimo! No es un lugar a todo trapo, pero conserva el sabor de otros tiempos.

Otra Nota: en la Heladería, que se llama "La Emisora" por cierto, hay una vieja báscula que parece decirte después que te comas los helados: "Dime cuánto pesas y te diré quién eres" jejejeje.

Me quedé con ganas de más. Los pueblos y ciudades de este país son todos particulares. Sus gentes distintas y sus vidas completamente incomparables unas con otras pues cada una es “otra cosa”. Eso sí, conforman el lugar-común que nos distingue: la cordialidad y hospitalidad infinita del Venezolano (aunque seamos un desastre dando direcciones) y belleza, belleza dondequiera, por donde mires, hacia donde voltees…Yo que vengo de pueblo, abrazo una vez más mi teoría: Si quieres irte a otro país sin dólares ni pasaporte, sal de Caracas.

Tómense un fin de semana… está cerca y es como salir de este mundo.

¡Besos que viajan!

Tips: La habitación doble en el Hotel Hacienda El Recreo es de Bs. 160.000,00 (Bs.F. 160,00) por noche. Tiene tv, cable, agua caliente, a/c, dos camas matrimoniales e Internet sólo en habitaciones individuales. El Hotel cuenta con piscina y un Restaurante precioso con dos ambientes. Teléfono: 0244 – 321 0244.

03 diciembre 2007

Pues ¡NO!


Y amaneció el 3 de Diciembre… con un panorama, con una perspectiva de país muy diferente a la que teníamos el viernes, el sábado y ayer mismo. El Venezolano decidió una vez más por su futuro con una actitud firme, cívica, responsable y conciente. A todas las personas que acudieron ayer a asumir el compromiso tan inmenso que afrontamos, FELICIDADES. Mi corazón se estremece de orgullo y se afianza en ellos mi fe y mi amor por la gente de este País.

Ahora bien, tal y como dije en mi post anterior, viene ahora un momento para trabajar con más ahínco, con mayor compromiso por esta tierra, por su futuro, por su grandeza, que es traducible en futuro y grandeza para nuestros hijos.

Me siento contenta con los resultados obtenidos, mas debo confesar que no conforme. Espero que dirigentes y seguidores de ambas opciones, realmente sepan interpretar y capitalizar esta demostración de conciencia que el pueblo venezolano les está poniendo en el tapete.

En primer lugar, espero que no se pierda el objetivo, quisiera que quede asentado de una vez por todas que este es el camino para salir del atolladero en el que estamos metidos desde hace ya nueve años. Este es el camino, el del trabajo en la calle, con la gente, instruyendo, proponiendo, discutiendo las ideas, los puntos de vistas, PARTICIPANDO, en paz y ejerciendo la Democracia. Hay que destacar el trabajo de los estudiantes, porque hay que decirlo, fueron ellos quienes marcaron la diferencia, fueron ellos los que entregaron la mayor de las lecciones a los actores políticos de este país. A ellos mi reconocimiento.

Hay modos -y muchos- de interpretar este triunfo. El Presidente por ejemplo ya lo ha hecho y lo está capitalizando, con el reconocimiento de su derrota. Se enviste y se ratifica una vez más, como un líder democrático ante la comunidad internacional. Ojo con esto. Las diferencias no fueron pronunciadas; apenas 344 mil votos entre las dos opciones. La abstención, como siempre jugó un papel determinante. Si bien la mayoría de los venezolanos se pronunció respecto a la propuesta de Reforma a la Constitución, siguió siendo el silencio de muchos lo que puso en riesgo el éxito del trabajo emprendido por ambas opciones y dio al traste finalmente, con una de ellas.

Me sorprende la diferencia de la cantidad de votos esperada y la obtenida por el Presidente, no en el sentido de los resultados, porque ya sabía que mucha gente que lo apoya, aún ciegamente, está con él pero no con su propuesta. Pero nunca pensé que fuera tanta. Hay una diferencia impresionante de casi 3 millones 150 mil personas que lo apoyaron el año pasado para que continuara llevando las riendas del país por un nuevo período constitucional, pero que ahora le dicen que NO, aunque sea absteniéndose. Sé que estas personas siguen apoyando al Presidente y siguen desconfiando y sin creer en la propuesta que se le opone, por lo que me parece que aunque hubiera sido preferible que no se abstuvieran sino que expresaran abiertamente su inconformidad, ellos ejercieron su capacidad de criterio, de raciocinio y de conciencia. Creo, además, que hay allí una oportunidad para quien adversa al Presidente.

Por otra parte, los resultados obtenidos por el NO dicen mucho más que eso. Confirman y consolidan un sector de este país que no está de acuerdo con las políticas del Presidente Chávez pero que tampoco está de acuerdo con las aventuras descabelladas de salir de él por otros medios que no sean los de la Democracia. Se hizo trabajo en la calle, se hizo trabajo con la gente, de tú a tú (sobre todo los estudiantes) y se logró imponer el rechazo a la propuesta de reforma que se planteó. Pero, tomando en cuenta que es un Bloque de fuerzas (a diferencia de la gente afecta al Gobierno que indiscutiblemente conforma una unidad, que esta vez no estuvo completamente de acuerdo como en anteriores oportunidades), vemos una diferencia de apenas 211 mil, casi 212 mil nuevos votos a favor con respecto a la cantidad de votos obtenida por la Oposición hace un año. Quizás mucha gente que no estaba de acuerdo con la propuesta de la Reforma se haya abstenido también, pero igual es muy poca la diferencia. Esto, para mí no indica más que hay seguir trabajando en el sentido que se ha venido haciendo, con conciencia, con madurez política, sin perder el objetivo de una nueva propuesta de país (que aún no la hay) que permita concertar a los venezolanos y salir adelante.

Finalmente, quisiera que un día los participantes de este juego tan importante que hacemos los venezolanos todos los días, entendieran que las pasiones hay que administrarlas. Pensar, razonar, concienciar es fundamental cuando hablamos del futuro del país. Hace daño al proceso que estamos construyendo algunas estupideces que oí decir ayer con el afán de crear angustia, desconfianza y caos. Nada conseguimos con eso, al contrario, perdemos mucho con esa actitud tal y como ha quedado demostrado en las contiendas anteriores. Por otra parte, necesitamos líderes que sepan mantener la cordura, la sensatez, la calma frente a los momentos decisivos por más difíciles que sean de enfrentar.

Particularmente me esperanzo pensando que el Pueblo Venezolano no ha perdido las perspectivas. Indudablemente hay un apoyo al Presidente y su proceso, pero no ciego. Sus seguidores le han dicho Presidente muy claramente,Epa, yo te apoyo, estoy contigo, pero NO te extralimites. Quiero tu proyecto, pero bajos MIS parámetros y valores: Democracia, Justicia e Igualdad en Libertad Plena”. Por otra parte, espero que los dirigentes de Oposición comprendan que mientras no haya una propuesta de país cohesionada, integral, firme, coherente, inclusiva, concertada y unificada, este triunfo podría ser sólo circunstancial.

En cuanto a ti, Venezolano de mis amores, es momento de retomar el trabajo, de participar, de integrarnos en poner a funcionar este país, de vivir en la paz que la democracia nos garantiza. El año entrante hay elecciones regionales, hay trabajar en ellas desde ya pero sin perder el horizonte, la perspectiva, más allá de todo. En el 2013 tendremos nuevas elecciones presidenciales que no se lograrán sino trabajando desde ahora. Mientras tanto, a trabajar, a estudiar, a participar activamente en la vida nacional y construir el país día a día.

¡Que viva VENEZUELA!

¡Besos que celebran!