He recibido una noticia maravillosa que me tiene tremendamente emocionada y me embarga de un orgullo infinito, que me ata un nudo en la garganta y me aguarapa los ojos de felicidad. Quiero compartirlo con todo el mundo, no sólo por orgullo que siento, sino porque él, Christian, mi chamo, lo merece.
Para que comprendan cuanto significa esto, quiero resumirles un poco los detalles de lo que significa haber recibido este regalo. Hace dos años, cuando decidimos dejarlo todo en Margarita y venir a Caracas, a mitad de año escolar, tuvimos que cambiar a Christian de un colegio a otro. Finalizó ese año, pasó de grado y nos vinimos. Al llegar aquí, comenzó un nuevo año escolar en el único colegio cercano a casa donde encontramos cupo para él. Tres colegios distintos en menos de 02 años! Enfrentar los grandes cambios que le sobrevinieron con nuestra mudanza y las nuevas condiciones de vida y estudio que le tocaron acá, fue muy difícil para él. Tanto, que a pesar de haber sido siempre un buen estudiante, sus notas cayeron de manera alarmante, estaba desanimado, triste, desmotivado. No le gustaba su maestra, ni su escuela y no quería ni siquiera ir a clases. No le gustaba su nueva ciudad, ni sus nuevos compañeros. De pronto como nunca en su vida comenzó a manifestar frustración, inconformidad y rabia por cosas a las que antes nunca les dio importancia (ropa de marca, ir a restaurantes, poseer juegos de videos, celular, etc.) Incluso, esto lo llevó a cometer un par de travesuras que nos asustaron mucho pero sobre todo, nos dolieron en el alma. Finalmente y a pesar de nuestros esfuerzos, Christian reprobó el año escolar.
Conscientes de las circunstancias, decidimos encarar el problema, determinar qué era lo que en realidad le estaba molestando y comenzar por ofrecerle una oportunidad de enfrentar lo que estaba pasando y superarlo, y que al mismo tiempo, aprendiera una lección sobre lo importante que es saber dar justo valor a las cosas y al esfuerzo que cuesta obtenerla. Si bien para él no ha sido fácil asimilar todo lo que hemos vivido últimamente, para nosotros tampoco, y como siempre le decimos, estamos juntos en esto y debemos salir adelante, juntos. Para eso estamos, para apoyarnos unos a otros.
Este es el resultado de SU esfuerzo, de SU dedicación y de SU valentía porque TODOS los méritos son de él.
El texto de la carta dice así:
Caracas, 26 de Junio de 2006Cristian André Guerra VelásquezU.E.N. Martínez CentenoCiudad.- Estimado Christian André:Todos y cada uno de los miembros, patrocinantes y amigos de la Fundación Excelsior queremos decirte ¡Bien hecho!, ¡Qué buen trabajo!. Alcanzaste tu meta, estás en el grupo de los estudiantes más destacados de tu colegio. También queremos decirte que estamos llenos de orgullo y de satisfacción por tí y por tu esfuerzo y constancia durante este año escolar que culmina. Tu empeño es nuestra inspiración para ser mejores ciudadanos, mejores padres, mejores trabajadores. Tu éxito es nuestra esperanza, tú eres nuestro anhelo, representas ese deseo que tenemos de hacer de Venezuela el mejor país del mundo, y estamos seguros que con personas como tú, eso será posible.Queremos decirte que tu triunfo no puede pasar desapercibido, y por ello te invitamos a celebrarlo en compañía de otros estudiantes que como tú, también alcanzaron tan importante logro. El próximo 12 de Julio de 2006, a las 10:00am, en la Quinta Esmeralda, ubicada en ... Allí tendrás la oportunidad de pararte frente a todos y poder gritar, sin pena alguna y con tu medalla en el pecho, ¡Lo logré!.¡Te esperamos!Muy cordialmente,Carlos CiordiaPresidenteFundación Excelsior Una vez más puedo reafirmar en él, el valor de esforzarse. Una vez más me hace feliz, una vez más que Dios te Bendiga Hijo, que Dios te Bendiga Mil Veces!
Te amo!