28 septiembre 2006

Gajes del Oficio (I Parte)

Mis trabajos me han exigido siempre un alto grado de interacción con otras personas por tratarse de empresas que prestan servicio y no se imaginan cuánto de aprendido de ello. Tanto, que hoy en día, un detalle fuera de lugar en la atención que recibo (así sea del perrocalientero de la esquina) puede hacer que sencillamente JAMAS vuelva a pasar ni siquiera al frente de su negocio. Pero igual, no puedo tolerar que le griten, insulten o abusen de un empleado que esté detrás de un mostrador (o un teléfono) por más que creamos que se lo merezca.
A veces me basta con respirar profundo y asentir (o negar) con la cabeza (según apruebe o desapruebe alguna situación) para recuperar la calma y la sonrisa.

Estas son algunas anécdotas que quisiera compartir con ustedes. Increíbles, pero de la vida real.

Mi primer trabajo (formal) lo obtuve a los 20 años. Se trataba de “captar” compradores potenciales y llevarlos amansados, bajo el cuento de un almuerzo, una gorra, una franela, una cava y una toalla, además de un “tour” por nuestras excelentes instalaciones (por construir), a las fauces de un vendedor habilidoso y un cerrador implacable. Si, yo fui OPC. No recuerdo ya ni qué cachos querían decir aquellas siglas, pero les puedo asegurar que era una barrabasada en inglés que en español quería decir: Atrapa Bobos o Mata Incautos. Aunque, ahora pienso que la incauta era yo por haber caído en aquella farsa, porque aunque no dudo que los resorts en Margarita tuvieron su auge y se construyeron debido a esta estrategia de ventas, que en México fue súper exitosa, también recuerdo cuántos elefantes blancos quedaron en el esqueleto y cuántos venezolanos fueron estafados.
Yo trabajaba, inicialmente de 7am a 7pm en la calle. Me tocaba siempre la Av. 4 de Mayo, la Santiago Mariño y La Av. Bolívar, a la altura de Playa El Angel. Fue todo un reto para mi, pues soy extremadamente reservada y tímida. Aún así, no sé como, atrapé a más de uno! Quizás accedían, porque me veían toda chiquitica y calladita. Era la única que no le “brincaba” a la gente encima. Y bueno, si, lo admito, porque en ocasiones el pana Germán, “me pichó” más de un cliente “para hacerme la segunda”. Jejejejeje.

Lo cierto era que (fijo) calificaban: Los tipos panzones, que llevaran gorrito de pescador, bermudas, zandalias con medias o “cholas”, camisitas sin mangas, cadenas de oro, lentes Ray Ban, la mujer al lado con bolsas de Rattan y los chamos con juguetes de goma espuma para flotar o chicléts de “medio metro”. Si tenían pinta de maracucho, seguro que compraban. Las señoras “mayores” eran fijas también, sobre todo si las cazábamos saliendo del bingo. Nunca eran buenos clientes: las mujeres solas o con los muchachos, los tipos acompañados de “una mami”. Las parejas jóvenes eran buen target, pero teníamos que hacer que sacaran la tarjeta de crédito y que nos demostraran que estaban casados, si no, no iban pa’l baile. Pronto, sin darme cuenta, calificaba a las personas como “Q” (Léase en ridículo inglés: kiú) o “No Q”.

Luego fui “In House” (como si no me chocaran estos anglicismos). Esta fue la parte más difícil, pues yo recibía a los "clientes", les tomaba los datos, les “sacaba” información que no siempre es fácil de obtener (cómo el tipo de tarjeta de crédito y el límite que tenía) y los calificaba como “Q” o “No Q”, según el caso. Era difícil, porque sumado a lo delicado que era ya manejar la situación con el cliente, convencerlo de que entrara a la sala y accediera a tragarse "el jarabe de lengua” (aprox. una hora) y sacarle a los chamos de encima si los llevaba (para que no distrajeran la venta), venían detrás las divergencias de criterio con los OPCs, pues muchas veces lo que ellos consideraban que era un “Q”, quizás yo no lo calificaba como tal y ese “incauto” no se lo pagaban.

Finalmente supervisaba el grupo de Promotoras ubicadas en los restaurantes (este último, era un trabajo de día, noche y fines de semana). Pero conocí lugares excelentes y disfruté de muchísimas ventajas y casi me convierto en toda una “gourmet”. Llevaba a las Promotoras y me iba a la universidad. A la salida, hacía la ronda para recogerlas. Me acostaba tardísimo todos los días y me levantaba súper temprano para poder llevar a las chicas otra vez a los restaurantes para la hora del almuerzo.

Creo que ganaba, en aquella época, algo así como Bs. 1.000,00 por cliente calificado y Bs. 2.000,00 si realizaba una compra efectiva y lo más que llegué a cobrar fueron Bs. 12.500,00, nada mal si tomamos en cuenta que para aquella época, el salario mínimo era de Bs. 9.000,00 y yo no pagaba alquiler, ni comida, ni nada!. Pero esto no era constante y en temporada baja, literalmente nos moríamos de hambre.

Qué me compré con mi primer sueldo? Pues, viviendo en Margarita, no me quedaba otra que meterme en una de las mejores perfumerías y tomando en cuenta mi debilidad por los perfumes, me compré el Calvin Klein de moda (Escape), además de un polvo compacto Elizabeth Arden, muuuuuuucho protector solar y mi primer Pantene con protector para el cabello. Ah! Dos jeans: un Calvin Klein original y otro de imitación (que me duró más que el primero y nunca más compré cosas de marca).

Yo creo que esta etapa, toda, es la que puedo exclamar en mayúscula, como lo que llamamos GAJES DEL OFICIO.

Continuará...


11 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta leerte, estare pendiente, gracias por tu visita también, un beso gatica!

Unknown dijo...

Ahhh acabo de caer en cuenta que soy una incauta... y me calificarias como Q creo...

Yo que pensé que hablarias de como atrapar ratones jejej o como aprendiste el arte de ladrar siendo gata ;)

Unknown dijo...

jajaja jamas me atraparon en esas promociones, yo no creo en mango bajito....solo una vez en mérida y lo hicimos conscientes para que los chamos patinaran sobre hielo y después chao con ellos
Saludos gatica

Ramón Salazar dijo...

Chica que fino, todas esas experiencias, pienso que son las que moldean y definen nuestra personalidad y la aptitup; que bien que lo veas como gajes del oficio. esperamos la continuacion.

NATISH dijo...

Una vez mas encantada me dejo llevar por tu relato!
Tienes el maravilloso don de la narracion como si de un cuento se tratara. Estare pendiente de la parte II.
Un beso para la gata que ladra!

SiempreBuena dijo...

ahhh... fíjate que cuando tenía 16 me invitaron a una reunión, era algo así como el entrenamiento para hacer ttooodo lo que explicaste, como a la hora y media preguntaron: ¿quien no está interesad@ en los fabulosos y supermegaclifragilísticos beneficios que prometemos a cambio de que trabajen como mulas y le pongan su cara a nuestro proyecto?, yo que no estaba interesada levanté la mano, pero de lo más inocente pues pensé que nos iban a explicar otra cosa o algo así, pero nó!, en plena reunión la señora que estaba dando la charla me dijo: bueno, ¿qué haces aquí?, la puerta está abierta... jajajajaj me dió mucha risa, pues toda la gente que tenía al lado empezó a murmurar 'yo como que levanto la mano... pero no, o sí', en fín, me salí.
el primer trabajo 'formal' que tuve, con contratico firmado, sueldo y cesta tickets y demás fué vendiendo en una tienda, no me fué tan mal, era súper pesado, estar todo el día caminando de un lado a otro sin descanso y bajo la mirada inquisitiva de la supervisora de piso, con mi primer sueldo me compré un suéter y dos camisitas chéveres -típico de chama sin responsabilidades, marido o muchacho chiquito que mantener- además me gaste el resto en una noche comiendo afuera, obvio que aprendí que no debía gastar todo de una vez pues pasé pelando b***s toda la semana.

saludos gateña

JENNY dijo...

A mi me pilló una sola vez una empresa en Aruba.. y quedé escarmentada.. y lo que son las cosas de la vida.. terminé promocionando una empresa de time sharing en Orlando a través de los paquetes turísticos que vendíamos. Presencié la forma agresiva con que tratan de envolver a la gente y no era conmigo y casi que vomitaba!!
Me encantó leer tu experiencia, me quedé con las ganas de seguir el cuento.. pero estaré espectante para la parte 2.
Un beso que ladra!

Hily Lozano dijo...

Amiga pues te cuento q mi primer trabajo fue en Tiendas Gina a los 17 años,como tenia que tener permiso de mis padres,me mandaron con el Gerente de la tienda en mencion aqui en Guarolandia,y zuas,alla cai incauta,cero inocente,ni echa la pendeja, full pilas y con las garras afuera en simbolo de proteccion,quien sabia con q vaina me saldrian.....asi fue como me pidieron fuse ayudante de Cajera,y dije,nananaiinaaaaaaaaaaaaaaa,que va!!!!yo diseño,yo creo,yo bailo,eso te sirve???
Pues al gerente(medio sadicon el)pa no dejarme parada cual estupida,ni quedarle mal a mis viejos y familia(el tipo es primo de una prima mia,etc,etc)pues me pidio que hiciera una prueba piloto con el para el mes de Noviembre y Diciembre ,para que ayudara a las vendedoras a asesorar en combinaciones y asi fue como yo,con mis ideas ricas en vestir ......era como uan especie de Asesora de Imagen jajajajajja,luego dure 1 mes haciendo vitrinas y luego me pasaron a hacer uans vacaciones a la chica de Caja,y buehhhhh entre tantos recuerdos se me puede ir errr tiempito....
Beshos gata bella...por cierto mana,vi un template de gata arrrrrechisiiiiiiiiiiiiimo pa ti,avisame y te ayudo a montarlo pes!Beshosssssssssssssss q vuelan!

Bexza dijo...

Hola Gati...que tal? mira chica leer tu post me trajo tantos recuerdos de mis primeros trabajos, en serio! te leia y una pelicula pasaba por mi mente y hasta recorde q compre con mi primer suldito...Gracias por sacarme estas gratas sonrisas, te espero en mi blog...besoss

Lycette Scott dijo...

Excelente relato amiga.
Un abrazo y feliz semana

Jorge Torres Moreno dijo...

Hola, gatica! Otra vez leyéndote después de una mega-desaparecida que me eché. Espero que tus asuntos estén ahora sobre ruedas.

Epa, lo de los trabajos de ventas son verídicos, jejeje! A mí siempre me caían era los vendedores de enciclopedias y cursos de inglés. Me provocaba patearlos, pero siempre dejaba que me soltaran el discurso antes de decirles con mi sonrisa de Pepsodent: Gracias, pero no.

UN besote y nos seguimos leyendo.