22 marzo 2006

Una Infancia Feliz!

Mis hermanos y yo contábamos con la suerte de tener cerquita de casa una bodeguita. Una casita pintada de azul con una ventanita donde llegábamos y como no la alcanzábamos, gritábamos: A vendeeeeeeer! Nos atendía Modestica o Charrafa. Yo los veía como unos grandes señores que lo tenían todo, porque estaban abarrotados de cajas de cuanta cosa me gustaba comer.

Les compraba:

Chicha Polly: Venía en una lata que era igualita al diseño que hoy en día trae el pote de crema de arroz de la misma marca. Recuerdo su sabor y su olor como si la última me la hubiera tomado esta mañana. Se necesitaba un destapador para abrirla y no entendía por qué debía abrirle dos huequitos, cuando solo necesitaba uno para tomarla! No podría asegurar qué edad tenía, pero es uno de mis recuerdos más viejos. Se puede decir que era lo suficientemente “grande” para ir sola a la bodega, pero lo suficientemente “pequeña” para que mi mamá me tuviera que destapar la latica. Los jugos también venían así, no puedo precisar si eran Frica, Yuquerí o qué cosa, porque la verdad… nunca he sido amiga de las frutas y siempre las comía (o bebía) obligada. Pero la chicha sí la recuerdo clarito!

Naranja Fanta y Chinotto Sprit: Aclaro algo: nunca fui “refresquera”. Los refrescos estaban para mí sólo puestos ahí. Mis hermanos sí se mataban por un refresco del sabor que fuera. Yo no, pero de todos, recuerdo claramente mi preferencia por la Naranja Fanta y el Chinotto Sprit. Este último está mal, lo sé, porque uso una marca para nombrar un producto de otra marca, pero así le decía. Los refrescos venían en gaveras de madera y los compraba al señor de la bodega o esperábamos que “pasara el camión”.

Chucherías, chucherías, chucherías!:
Papaupa:
recuerdan aquel chicle laaaaaaaaargo y con riquísimo sabor a no sé qué diablos llamaban tuti fruti?
Pepin: eran unos pepitos chiquitos y finitos, riquísimos. Tengo entendido que los caraqueños le dicen (o decían) chogüí a los pepitos… ja, ja, ja, ja, eso siempre me dio risa! Incluso hoy en día mi esposo suele referirse a alguien que le es desagradable con la expresión: Chogüí mojao.
Pepito Pepito: no esas cosas tan desabridas que venden ahora!
Chees Trees: Recuerdo que su sabor era extremadamente fuerte para mí y no me gustaban, pero aún así los compraba. Hoy en día el sabor más parecido a aquel de mi infancia, lo encontré en los Plantters (y son carísiiiiiiiiiiiiiiisimos!)
Boliqueso: je je je je je y siempre hubo una gordita pelirroja a quien solíamos llamar así.
Canicas: Eran los únicos caramelos que me gustaban. Eran unas bolitas de colores, durísimas, que duraban horas en la boca. Los recuerdo de sabores cítricos.
Lolitas: parecidas a los Boliquesos, pero eran dulces y de colores.
Mini Chicléts: aquellas bolsitas de chiclitos chiquitos de colores de Adam’s.
Lolly Pops: Así pedíamos las chupetas, fueran cual fueran, del sabor y del color que fueran. Recuerdo que no las mordía hasta que el chicle en su interior quedaba completamente al desnudo. Se podía hacer con él unas bombas grandotas y su sabor duraba muchísimo.
Chiclét’s Adam’s Sours: Eran unas tableticas envueltas individualmente en un papelito blanco y cubiertas de un polvito ácido que me encantaba

Como verán es pobre la lista que tengo, pero es que no era “chuchera”. Recuerdo algunos otros que no los compraba tanto, pero a veces los pedía: las “ cotufas acarameladas” de Jack’s, los Cocosettes, los Bubaloo, Bubbleliciuos, las Gomitas, el Maní Salado de Jack’s y los bocadillos de Plátano San Francisco. Nunca me gustó el chocolate, pero recuerdo a mis hermanas delirar por unos Torontos, Ping Pong y Boleros que eran el doble del tamaño que tienen ahora! O yo era más pequeña?. Tampoco nunca me gustaron los helados y prefería lo salado a lo dulce.

La segunda parte de mis memorias son las meriendas que llevaba al colegio o que mami nos preparaba para ver la tele en las tardes: arepitas dulces, mandoquitas, empanaditas de queso. A mí me gustaban unas empanaditas que vendía una niñita que pasaba todas las tardes por la casa cargando una olla de aluminio. Dentro y envueltas en un paño, venían las empanadas. No sé porqué me gustaban tanto, venían frías y desmayadas, no eran crujientes y tenían poco queso, pero me encantaban. A veces no traía empanadas sino torrejas. Entonces mami nos compraba para que las compartiéramos porque eran muy grandes. También solía comprarnos “bombas”, que eran unos pancitos dulces rellenos con crema pastelera y cubiertos de azúcar. Fue una dulce infancia. Sin duda.

Nos compraban la merienda y nos sentábamos frente a la tele después de hacer las tareas, que no eran muchas porque estábamos apenas aprendiendo a leer, a escribir y a contar. El límite eran las 6:00pm porque a esa hora comenzaba “El Chavo” y nos prohibían ver ese programa porque a papi no le gustaba, le parecía bobo. Así que a esa hora nos preparábamos para recibirlo al llegar del trabajo, bañaditos, vestiditos, perfumaditos y con las tareas listas. Preparados para cenar juntos con él a la cabecera de la mesa.

Me encantaba ver (mis favoritos resaltados en negritas y en ningún orden):

Galáctico (por supuesto vivía enamorada de Galáctico y lloré cuando la Princesa Aurora lo botó de la nave, aunque después volviera. Nunca la perdoné!), Capitán Futuro, El Vengador, El Gladiador, Fuerza G, Súper Magnetrón, Mazinger Z (después de Galáctico, mi favorito, adoraba a Koji Cabuto y detestaba al Barón Ashler, me hice experta dibujando a Mazinger y me creía Sayaka hasta que apareció Minerva), Meteoro (aunque no me gustaban los efectos de sonido que le ponían al Max 5 cuando “volaba” por los aires y me caía mal el enmascarado Rex), Clutch Cargo y sus Amigos Pecas y Salchichas (sólo movían la boca y empezaba una y otra vez), la Vuelta al Mundo en 80 Días (adoraba a Maña de Magaña cuando hablaba consigo mismo), las aventuras de Los Beatles (el tema cuando que ponían cuando comenzaba era “A hard day´s night” y Ringo era el tonto de la serie), los 4 Fantásticos, los Súper Amigos (todo el Salón de la Justicia y la Legión del Mal, pero me caían mal los Gemelos Fantásticos porque siempre hacían lo mismo), el Intlépido Volalol (je, je, je), el Monstruo Milton (me encantaba la cancioncita), Ufo Dai Apolón, Marino Boy y la Patrulla Oceánica, Kamuy el Ninja Desertor, los Transformers, Fantasmagórico, Capitán Centella, Érase una Vez El Hombre, Las Fábulas del Bosque Verde (recuerdan a Juanito y Juanita y sus voz chilloncísima? Pero me gustaban), Calabozos y Dragones, Thundercats, Flash Gordon, Lalabelle, La Abeja Maya, la Pantera Rosa (la veía sobre todo por la música, aunque l pasaban de noche), He Man y She Ra (incluso vi la película: El Secreto de La Esapada en el cine, donde supe que no eran pareja… eran hermanos!). Por supuesto me encantaban todas las comiquitas de Bugs Bunny (especialmente las temporadas de caza de Pato o de Conejo y aquellas donde el Conejo de la Suerte interpretaba el Barbero de Sevilla y tantos otros clasicos), Tom y Jerry y aunque me encanta Silvestre, detesto a Piolin. Me aburrían la Pequeña Lulú, los Ositos Cariñosos, Pequeño Pony, los Pitufos y todas las de Hanna Barbera, incluyendo los Picapiedra, sin embargo soportaba los Supersónicos. No puedo dejar de mencionar, más a manera de confesión que de recuerdo, que me calé más de un bodrio animado: Candy Candy, Marco, Heidi, Remi y Angel La Niña de Las Flores

Ahora de grande he visto “El Chavo” hasta el cansancio y puedo darme el gusto de decir que sobreviví a una infancia llena de tele y comiquitas. No estoy traumatizada por “tantos monstruos” y tragedias, ni se me cayeron los dientes por tanto dulce! Sí. Definitivamente tuve una infancia feliz. Que complementé con juegos que contaré otro día. Eso si, cero novelas! Pero esta también es otra historia...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Visita mi bodega!!! Te gustará saber que intentamos recordar mucho de lo que en tu mente hay, con las arepitas dulces, las empanaditas de queso y las mandoquitas. y aunque no eres dulcera ... tenemos unos duuulces criollos ricos, ricos, ricos, me gustaria contar con alguna de tus sugerencias, pues tienes muy vivos tus recuerdos. me gustó leer tu relato de tu infancia feliz.

Barquisimetana dijo...

Me hiciste recordar tantas cosas que la verdad las habían engavetado en mi memoria... Boliqueso, eran mis favoritos; me los compraba mi abuelo. Y los papaupa recuerdo que a mi me gustaban los de cambur que horrible! Recuerdo unos tabaquitos que eran rellenos de fresa, su sabor era medio raro pero como tenian forma de tabaco me sentia grande comiendolos... Buen relato amiga...

Luis Bond ∴ dijo...

Oak, creo ke me voy a cortar las venas por tu culpa =p, me siento super viejo leyendo estas cosas y recordando casi todo =(, igual, como dicen por ahi "Recordar es vivir" pero a veces prefiero kedarme anclado en el presente para no ver ke tan viejo estoy! Saludos!

NB dijo...

Qué buenos recuerdos. Gracias a Dios la generación que nos precedió era menos paranoica y menos presionante con los niños, con todo y eso sobrevivimos. Qué feliz aquella época.

Rubén Cortés dijo...

Recuerdo todo como si hubiese sido ayer, le agregaría a las comiquitas, El Capitán Centella, por cierto, la chicha polly de lata verde es la más sabrosa que recuerdo haber probado en mi vida. Tienes muy gratos recuerdos, me has hecho revivir los míos.

Anónimo dijo...

ultra man y ruedas magicas otras de las comiquitas de mi infancia