Creo, en primer lugar, que esto se pudo haber evitado. La medida, me parece extrema, si. Pero también estoy conciente de la potestad que tiene el Estado para tomarla. No estoy de acuerdo en la forma como se hizo. Pero, también estoy conciente de los errores cometidos y que conllevaron a esta consecuencia. Principalmente porque desde el principio esto se desvirtuó hasta convertirse en una lucha de poder, personal e íntima, entre Marcell Granier y Hugo Chávez, contra todo RESPETO y CONSIDERACION del televidente, usuario y VENEZOLANO COMUN.
¿Que la medida cercena la Libertad de Expresión en Venezuela? Yo me pregunto… ¿Cuál Libertad de Expresión? Aquí, todo el mundo hace y dice lo que le da la gana. Desde el canal del Estado, hasta el más pequeño de los canales privados. Desde el Circuito Unión Radio, hasta la célebre Radio Guiria cuando, narrando un jonrón, la coronó rematando con la exclamación: “¡Se fue esa verga!”
¿Cuál Libertad de Expresión? ¿La misma que le permitió a Luis Alfonso Fernández, ganarse el Premio Rey de España de Periodismo por su documental sobre la masacre del Centro de Caracas en Abril de 2002? ¿O, la misma que licencia a Venezolana de Televisión a convertirse en tribuna exclusiva de la ideología del Estado? Quizás sea la misma que le permite a Orlando Urdaneta explicar como con un arma larga y mira telescópica podemos salir de Chávez (con todo el daño que semejante libertad de expresión le hace a la Oposición). La misma que nos permite salir en televisión mentándole la madre al Presidente con total y absoluto desparpajo y la misma que fomenta el clasismo y el racismo en Venezuela (que siempre hubo) hasta llevarlos a niveles tan exacerbados que en Venezuela es una “raya” ser chavista y es "cool" ser de oposición, pero también ahora resulta, que los ricos son malos y los pobres son buenos. Que malandros solo hay en el Oeste y que en el Este son todos víctimas de la delincuencia ¡Esto es ABSURDO!
Estoy de acuerdo en que en vez de cerrar espacios, deberían abrir otros. Pero también estoy de acuerdo en que deben existir controles y leyes que nos protejan, a los usuarios, de los servicios prestados por los concesionarios de esos espacios.
Estoy cansada como venezolana común y corriente de tener que comprar DOS periódicos porque UNO solo NO me ofrece información completa. Estoy cansada de tener que pasear de canal en canal para conocer la versión de una parte y la otra parte. Estoy cansada de escuchar a un Periodista – Reportero enfrascado en una discusión, de matiz de personal, con el entrevistado, porque es imposible que se limite a informar y no que quiera también intercambiar SUS opiniones con la persona que entrevista y, si es alguien que piensa distinto, agarrase compadre, porque la tranca de los "dimes que yo te diré" es pa’cogé palco. Todo el mundo aquí es Protagonista y todo el mundo aquí es dueño del Circo.
Me indignó la programación de ternura, amor y paz, melosa y pegostosa, de despedida que pretendió “como si nada” hacer RCTV, cuando siempre fue un canal donde la polémica estuvo presente. Estoy avergonzada de actrices y actores llorando y hasta arrodillándosele al Gobierno. Porque yo también lloré en Abril de angustia y DESINFORMACION. Pero lo que me molesta no es que lloren o expresen pesar, porque yo también siento tristeza por la pérdida del canal. Lo que me molesta es que esa no es la actitud que yo le conozco a Luisana Ríos, por ejemplo, o a Marieta Santana, después de tantos años al pié del cañón… Yo conozco mujeres gallardas, con un carácter imponente y férreo. No la niña lloriqueando que vi el domingo.
Estoy cansada de Chávez y sus arengas. De la gente que le sigue dando tribuna y de qué hablar. De la gente que lo apoya ciegamente y a los que no les puedes refutar, criticar o insinuar siquiera un diminuto desacuerdo con el Comandante porque parece que le sacaras la madre. Pero también estoy cansada de una oposición desarticulada, desacertada, sin líderes, sin norte, ni horizonte, ni estrategias. Dispersa y perdida entre la persecución de un fin, pero no la definición de un medio.
Estoy harta de sentir que el país se viene abajo, de dejar mi trabajo porque afuera se están matando en la calle. Caminar dos cuadras hasta la estación del Metro de Altamira y escuchar gritos y consignas, “Libertad, Libertad”, cacerolas, pitos, cornetazos, mentadas de madre, llantos, histeria, rabia, impotencia, trancas de tráfico, banderas… y luego, entro al Metro y salgo en el Oeste, donde vivo, y no oigo nada. Veo a la gente en las esquinas bebiendo y conversando amenamente como siempre. Las señoras sentadas en las puertas de las casas criticando a todo el que pasa. Los negocios abiertos como siempre. Una que otra ollita aquí o allá, o, en algún apartamento de Parque Central, una luz que se prende y se apaga. Pero veo pa’l cerro y no veo más “casas de cartón” y luces blancas.
Estoy cansada de escuchar que el 90% de los venezolanos está en contra de la medida pero que salga a manifestar el 10% ¿Dónde CARAJO está el espíritu de lucha de los venezolanos inconformes? ¿O es que es mentira, lo de las encuestas? Esto le da más razones a los sectores que apoyan al Gobierno para pensar que la Oposición es Virtual.
El día que se apagó la señal de RCTV: YO, que estoy viviendo en un sector del Oeste de Caracas donde me he auto-impuesto un toque de queda a las 7pm porque “es peligroso” andar por ahí saltimbanqueando (y sin embargo he llegado a las 3am a mi casa). Yo, que estoy durmiendo en un sofá cama que recojo todos los días para estorbar lo menos posible donde vivo por caridad de un familiar porque no tengo donde vivir. Yo, que teniendo un televisor grandote que me compré con el sudor de mi frente, no puedo verlo porque no tengo donde ponerlo. Yo, que salí de mi trabajo el viernes como loca y muerta de nervios a buscar a mi hijo para irme a casa temprano porque Caracas estaba “tomada”. Yo, que escuché a la marcha de la oposición, desde mi balcón, cuando gritaban que “esta DICTADURA no se la cala NADIE” y me preguntaba… ¿Dictadura? ¿Marchando, gritando, manifestando? Y... ¡¿en el Oeste?! Yo, que vi a un grupo de manifestantes opositores entrar al Estadio Universitario antes de que empezara el concierto de Luis Miguel para gritar consignas y expresar su rechazo por el cierre de RCTV. YO, me paré en el balcón del apartamento mientras escuchaba en mi radiecito la despedida de RCTV que transmitía una emisora unida a la transmisión de Globovisión. Yo, escuché el silencio y luego, los comentarios y las críticas, mientras entró la nueva señal. Yo escuché la tristeza y el pesar de los periodistas y al mismo tiempo, veía y oía, la celebración desde Bellas Artes, los fuegos artificiales y las calles cercanas a mí, solas. Un par de cacerolas en el edificio. Y me preguntaba… ¿Dónde está la gente, que no está de acuerdo? ¿Por qué no están en la calle manifestando su sentir? ¿Es sólo el grupo que está en Quinta Crespo y el que estuvo frente a CONATEL? ¿Ese es el 90%? Sentí la misma decepción que sentí la mañana del 12 de Abril cuando Venezuela amaneció sin Chávez y no me explicaba por qué en las calles, teniendo él tantos seguidores como aseguraba, no había un alma protestando su ausencia. Pues bien, el 13, los Chavistas, se trajeron otra vez a su comandante. Desde el cierre de RCTV han pasado ya tres días… ¿será que me tengo conformar con la medida y el nuevo canal (Ojo, que no tengo nada en su contra, más bien muchas expectativas)… o más temprano que tarde habrá un 13 de Abril para RCTV?
Yo, como VENEZOLANA, común y corriente, me siento como pajarito en grama. Una vez más anhelando que en este país algún día exista cultura de información. Que la gente comprenda que estar informado no es tragarse lo que diga la televisión, es documentarse, es cotejar versiones, es investigar, corroborar. Me niego a aceptar que todo esto quede convertido, una vez más, en un circo y la importancia, la trascendencia que tiene lo que estamos viviendo, quede reducida otra vez a una simple confrontación política.
Por mi parte, sigo observando, aprendiendo y tratando de explicarle a la señora que viene a limpiar mi oficina, que lo más grave de todo cuanto nos sucede no es que la programación de RCTV (mala por tradición) sea sustituida por “un canal del Estado” donde ahora lo único que se ve son “Indiecitos y Chigûires”, como dice ella. A la final, eso es lo que somos realmente de este lado del mundo… INDIECITOS Y CHIGUIRES. Aquí, lo grave para mí, es que otra vez, el contexto político Chávez – Oposición, nos siga sumiendo en la desgracia del fragmento. En la desgracia de no escuchar lo que opina el otro que nos incapacita el RESPETO. En la desgracia de conformarnos con una sola verdad… la del color con el que nos identificamos. En la desgracia de la INTOLERANCIA de la que no somos más que víctimas y simples títeres de dos ideologías en pugna.
Y así, sigue mi bandera desfigurándose en el tiempo… El rojo sigue tiñendo la franja azul y la amarilla. Las estrellas ahora son más y alumbran menos y, el lazo negro que simboliza la oposición en el mástil, es cada vez más grande. Tanto, que ya casi no alcanzo a ver el Escudo para saber si el caballo va por fin hacia la izquierda o hacia la derecha.
¡Qué grande eres VENEZUELA, que con todo y eso, aún estás de pié!